lunes, 9 de diciembre de 2013

Emptiness

Tic toc tic toc... Dos horas y cuarenta minutos
El tiempo no se detiene, no es como en las películas que los buenos momentos duran eternamente y van a cámara lenta, no, es más, van a cámara ultra mega sónica, dándote demasiada información de golpe, demasiadas emociones, para después quitártelas tan rápido como han venido, y te dejan vacío, como si ese momento nunca hubiera pasado y aún estuvieras esperando que llegara tan ilusionado como un niño el día de navidad, contando los días y las horas que quedan para que llegue, pero ya ha pasado y tu te quedas como si te hubieran arrancado un pedacito de ti...
Y después llega el sentirse perdido, el echar de menos todo eso, a ellos, verles y pasar aunque sea dos segundos con ellos cada día, es una droga, necesitas más y más, pero sabes que por el momento no la tendrás, y el sentimiento de vacío se incrementa, y te acuerdas de cada momento que te hizo sonreír y quererles un poquito más, de cada momento que ellos te dedicaron con sus sonrisas, y quieres volver el tiempo atrás, porque una vez no fue suficiente, porque quieres volver a recuperar ese pedacito y llenar ese vacío que han dejado, porque no quieres echarlos de menos...

Tic toc tic toc... Doce días
No ha cambiado nada, y el vacío sigue ahí, pero ya no estás triste, ahora sonríes al recordar todos y cada uno de los momentos que viviste con ellos, todo lo que te hicieron sentir, y no es una sonrisa melancólica, estás feliz por haber tenido la oportunidad de tenerles cerca, de compartir con ellos esas dos horas y cuarenta minutos...
Y sonríes de nuevo, porque, no sabes cuando, pero volverás a verlos, estás seguro de ello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario